Reseña del libro "La Escondida Senda"
Armando Cuaresma no se reconoce en el espejo. Su cara no ha cambiado. ¿Qué ha cambiado entonces? Atascado en su búsqueda intelectual racionalista, se da a las lecturas esotéricas, y, como un moderno Quijano, se adentra en un nuevo plano de la realidad. El desasosiego empuja a nuestro personaje a un viaje sin rumbo, en busca de sí mismo, que le lleva al encuentro con los habitantes más significativos de su conciencia: un dudoso mendigo que no pide limosna, vagabundo sedentario y escritor de misteriosos papeles, y una joven de sonrisa serena. Ambos custodiarán las transformaciones de nuestro protagonista. Sumergido en su memoria, Armando llegará a recordar el futuro. Concebida a la sombra de Epicuro, de Dante, de fray Luis y de Nerval, La escondida senda, escrita al tiempo con precisión y lirismo, se estructura en dos capítulos que desembocan el uno en el otro, como en una banda de Moebius, maqueta de la eternidad a la que tienden.