Reseña del libro "La postal"
PREMIO RENAUDOT DES LYCÉENS, PREMIO SELECCIÓN GONCOURT DE ESTADOS UNIDOS Y GRAN PREMIO DE NOVELA DE LAS LECTORAS DE ELLE, CON MÁS DE 150.000 EJEMPLARES VENDIDOS EN FRANCIA
Una novela aclamada por la crítica y los lectores en torno a una investigación familiar apasionante: una historia real marcada por la Shoah que se lee como un thriller.
UNO DE LOS MEJORES LIBROS DEL AÑO SEGÚN TIME
«Una obra maestra. Un libro inolvidable que te atrapa desde la primera página».
David Foenkinos
Fue en enero de 2003. En el buzón de la casa familiar apareció una extraña postal sin firma: en el anverso, la Ópera Garnier, y en el reverso, cuatro nombres, los de los bisabuelos maternos de Anne Berest —Ephraïm y Emma—, y los hijos de estos —Noémie y Jacques—, todos ellos fallecidos en Auschwitz en 1942. ¿Quién envió la tarjeta y con qué siniestra intención?
Veinte años después, la autora decide averiguarlo y remontarse un siglo atrás para reconstruir el periplo vital de los Rabinovitch: su huida de Rusia, su viaje a Letonia, Palestina y París, y luego la guerra.
Una investigación exhaustiva y apasionante, para la cual cuenta con la ayuda de su madre, un detective privado y un grafólogo, y que la llevará a interrogar a los habitantes del pueblo donde sus parientes fueron detenidos, a buscar indicios en los libros y a ahondar en la vida de la única superviviente de la saga: su abuela Myriam.
«Novela histórica, autoficción detectivesca, crónica familiar y vindicación identitaria, todo a la vez. [...] Anne Berest escribe con poder evocador, calidez coloquial y, una virtud que también es de agradecer, con una franqueza sin sensiblerías que no excluye el humor. Historia menuda de la buena, con gente real en tiempos monumentales».
Julián Elliot, La Vanguardia
«Una historia que trata sobre la huida, sobre la destrucción de la identidad judía y sobre una herida que aún no está cerrada».
Adrián González Sebastián, El Debate
«Aveces basta que prenda una cerilla para que despierte en el cerebro una ardiente imaginación».
Jacinta Cremades, El Cultural