Reseña del libro "Antologia"
Severo Sarduy (Cuba, 1937-1993), escritor de imaginación fertilísima y barroca, publicó su primer poema en 1953, cuando el exilio de su Cuba natal no se vislumbraba en el horizonte. Después de la Revolución, viajó a Francia con una beca para estudiar pintura; en ese país residiría gran parte de su vida, pero sin dejar los fuertes lazos de sus raíces caribeñas. La influencia de José Lezama Lima fue fundamental en su obra, así como en la de otros reconocidos autores cubanos de su generación, como Virgilio Piñera, Eliseo Diego y Reinaldo Arenas. En su larga estancia en París hizo amistad con escritores de la talla de Roland Barthes y fue codirector de la colección latinoamericana de Éditions du Seuil, entre otras actividades. Tanto la prosa como la poesía de Severo Sarduy reflejan una vida llena de experiencias y una sed inagotable de conocimiento.Sus ensayos sobre crítica literaria son agudos, profundos, reveladores, y abarcan una diversidad de autores latinoamericanos y europeos. En sus crónicas y en su narrativa, el absurdo y la complejidad se presentan al desnudo mediante un exquisito y lúdico manejo del lenguaje. En el trabajo de Sarduy, la palabra es un espejismo que intriga, seduce, da vida y mata a la vez. Esta antología póstuma comprende una variedad de textos escritos en las dos últimas décadas de vida del autor, entre los que destacan los ensayos de crítica literaria. Sarduy entreteje sus observaciones con anécdotas y remembranzas personales; el azar y la memoria parecen estar siempre allí; hurga en la palabra y en las imágenes; con la razón y con otros tantos sentidos explora, compara, reduce. Su amplio conocimiento sobre diversos campos del saber: filosofía, artes plásticas, historia, se engrana salerosamente en toda su obra. El tema de la política también está presente en varios de sus textos, como bien lo muestra el ensayo sobre Tirano Banderas, de Ramón del Valle Inclán. "Escribo para construir una imagen... Hace falta que la página quede saturada, exuberante, 'amazónica' y barroca hasta la saciedad", afirmó alguna vez el escritor cubano. Con un humor siempre vestido de ironía, Severo Sarduy dejó plasmada en su literatura una eterna añoranza del espíritu de Cuba, de sus recuerdos de la isla, siempre con el sueño de volver.No posee
