Arthur Conan Doyle: un Sir que no quería serlo

Arthur Conan Doyle fue médico, escritor y, muy muy a su pesar, Caballero del Imperio Británico. Conocido como el célebre autor de Sherlock Holmes, fue mucho más que el creador del detective más famoso de la historia. Su vida estuvo plagada de aventuras, viajes exóticos, incursiones en el periodismo y una prolífica obra literaria que abarca diversos géneros.

Hoy queremos explorar su vida, sus primeros años en la Escocia de finales del siglo XIX, sus estudios de medicina, sus años como articulista en África y cómo se fraguó la historia de uno de los personajes más icónicos de la literatura.

Primeros años y formación

Nacido en Edimburgo, Escocia, en 1859, Doyle creció en el seno de una familia acomodada. Su padre, Charles Altamont Doyle, era un arquitecto y artista, mientras que su madre, Mary Boyle, provenía de una familia acomodada. Desde pequeño, Doyle mostró un gran interés por la lectura y la escritura, pasión que lo acompañaría durante toda su vida.

De la universidad a la aventura

Su paso por la universidad le permitió conocer a grandes autores de la época, como Robert Louis Stevenson y James Mathew Barrie. Durante sus años como universitario, Doyle entablaría amistad con Joseph Bell, médico y escrito que le inculcó la importancia de observar, de la lógica y la deducción, aspectos que se verían reflejados en sus obras.

En 1891 se graduó en Medicina por la Universidad de Edimburgo y, posteriormente, se embarcó en el ballenero Hope como cirujano. Este viaje no le impidió comenzar su carrera como escritor.

A bordo del navío disfrutó de mucho tiempo libre, lo que le valió para demostrar sus dotes como boxeador y como ávido cazador de focas y ballenas. En un principio, Doyle no quiso intervenir en estas acerías, pero, finalmente, decidió hacerlo como voluntario.

En varias ocasiones puso su vida en peligro, pero demostró realizar el trabajo con tal maestría que el capitán del barco le ofreció trabajo a bordo, pero no como médico, sino como arponero.

Arthur Conan Doyle tenía otros planes para sí mismo.

De marinero a articulista de viajes

Sir Arthur Conan Doyle vivió trepidantes aventuras por el Ártico y Groenlandía, pero sentía que necesitaba otra cosa, vivir otras experiencias. Volvió a Inglaterra para seguir con sus estudios, pero, carecía de fondos suficientes para abrir su propia consulta, por lo que tuvo que volver a enrolarse en un barco, esta vez con menos tintes aventureros, el Muyamba, rumbo al oeste de África.

Volvió a ejercer de médico y comenzó a interesarse por el arte, concretamente en la fotografía. A lo largo de la travesía combinó sus dotes de escritor con sus primeros pasos en el mundo de la fotografía y en octubre de 1891 publicaría Tras los cormoranes con una cámara, publicado enBritish Journal of Photogtaphy.

Lo que comenzó como algo experimental, se convertiría en algo habitual y empezó a redactar artículos caminando la narrativa con la fotografía. A su regreso a Inglaterra se graduaría en Medicina y en 1892 montó su consulta en Southsea donde conocería a su primera mujer, Louisa Hawkins, con la que tuvo dos hijos.

El nacimiento de Sherlock Holmes

Su nueva consulta no estaba reportando los beneficios que Doyle esperaba y decidió, en un alarde de ingenuidad, comenzar a generar ingresos extra como escritor.

Inspirado por sus propias experiencias y los relatos de Edgar Allan Poe, publicaría en 1897 su primera novela, Estudio Escarlata, donde se narran las primeras aventuras del personaje que lo elevaría a los altares de la fama, el detective Sherlock Holmes y su inseparable compañero, Henry Watson.

Dado él enrome éxito de su primera novela, Conan Doyle publicaría para el Strand Magazine más aventuras del detective: el signo de los cuatro (1890), las aventuras de Sherlock Holmes(1891-1892) y las memorias de Sherlock Holmes (1892-1893).

Sin embargo, en 1893 se produciría un hecho que marcó el devenir de su carrera. Cansado de la popularidad, publicó el problema final, donde “asesinaba” al más célebre detective de todos los tiempos.

Dado el enorme revuelo que se formó en la sociedad británica de la época, tuvo que recular y publicar el perro de los Baskerville (1901-1902) y a resucitar a Holmes en el regreso de Sherlock Holmes (1903-1904).
 

Más allá de Holmes, hay vida

Sin embargo, la obra de Doyle no se limita a Sherlock Holmes. Fue un autor prolífico que escribió sobre diversos géneros, incluyendo novelas históricas, ciencia ficción, teatro y poesía. 

Arrastrado por los estereotipos de la clase victoriana de la época (afición a la cocaína, bruscos accesos a la euforia y melancolía, misoginia o el patriotismo, Doyle redactar panfletos y artículos a favor del Imperio en la Guerra de los Boers, como la guerra en Sudáfrica (1900) y también seis volúmenes titulados The British Campaign in Flandes (1916-1919).

Además, publicaría novelas de intriga como Michel Clarke, la compañía blanca o Rodney Stone.

El ocaso de una figura mítica

En 1929, durante una gira espiritista por el norte de Europa, Doyle comenzó a sentir debilitado. El 7 de julio de 1930, un ataque al corazón se lo llevó para siempre. Su legado literario es innegable, y su obra continúa siendo leída y disfrutada por millones de personas en todo el mundo.

El legado de Arthur Conan Doyle

A pesar de su prolífica carrera como escritor y sus numerosas contribuciones a la sociedad, Conan Doyle a menudo se encontraba en conflicto con su propia fama y reconocimiento. Renunció al título de caballero, argumentando que no deseaba ser reconocido por su literatura, sino por su trabajo médico y su servicio público. 

Sin embargo, su legado perdura a través de sus obras atemporales, que continúan cautivando a lectores de todas las edades y generaciones.

Si quieres disfrutar de toda la obra de Arthur Conan Doyle, visita nuestra sección dedicada personalmente a esta autor de época que sentó las bases de la novela detectivesca y dio vida a uno de los personajes más famosos de todos los tiempos, Sherlock Holmes.