Reseña del libro "El Tejido Social en las Calles sin Nombre (Plural -México-)"
Una de las motivaciones que nos llevó a los integrantes de la ONG Cocuyo a escribir este libro tiene que ver con la importancia de que sea la misma población, con apoyo institucional, la que trate de disminuir las violencias sin usar violencia o, dicho más claramente, sin usar la militarización de la sociedad civil basada en la Doctrina de Seguridad Nacional tan difundida en América Latina, a pesar de sus tristes resultados. En nuestro país, poco a poco se opacó el dolor y el temor que dejaron en la población las violencias de la guerra y, con pocas objeciones, se pensó que la mejor manera de combatir la violencia es con una violencia mayor. No se evaluaron los daños colaterales de la guerra contra el narcotráfico; se supuso que no quedarían secuelas y que todo acabaría después del último enfrentamiento armado con el supuesto enemigo, sin embargo, se afectaron lazos sociales, de una manera tal que aún no hemos podido dimensionar. Las reflexiones que aquí compartimos se fundan en el análisis crítico del Proyecto de Fortalecimiento del Tejido Social (PFTS) en colonias marginadas de la Ciudad de México, para cuya realización fuimos convocados por SEDESO-DF y DIF-DF desde inicios del año 2013 a fines de 2015. Y, aunque la situación de algunas de las colonias en las que trabajamos se modificó a lo largo de estos últimos años, tuvimos la oportunidad de valorar recientemente algunos resultados de nuestro trabajo y, sobre todo, de reflexionar sobre la propia experiencia. En este libro tratamos de fundamentar con datos empíricos que las prácticas vio-lentas delincuenciales, sobre todo las espectaculares, obstaculizan el reconocimiento y el análisis de las violencias cotidianas que propician todo tipo de violencias, vía los mecanismos de naturalización y banalización del sufrimiento humano. Ello limita la capacidad de pensar, de nombrar las violencias simbólicas o las cualidades de los espacios que nos agreden. Surge así algo innombrable en las calles y, en contra parte, calles de muchas colonias marginales de la CDMX aún carecen de nombre. ¿Cómo modificar entonces lo innombrable, lo que no tiene palabra? Escribimos para las y los funcionarios encargados de la protección social y, sobre todo, para aquellas personas que, como nosotros, siguen creyendo que el trabajo de base vale el esfuerzo invertido, a los que apuestan a que nuestros pueblos son capaces de jugar un rol fundamental en el control de las violencias. Cada uno de los que integramos el equipo de trabajo compartimos la aspiración, o quizá la utopía, de aportar a la transformación de esos entornos violentos y la producción social de subjetividades adaptadas y resignadas a ellos.
