Reseña del libro "FFF"
Luego de 13 años sin publicar, Gustavo Nielsen reaparece con un libro de cuentos fantasmales
Para aquellos lectores que creen en la existencia de fantasmas, los
cuentos de fantasmas son profundamente realistas. Para los que no
creemos, lo fantasmático nos genera la extraña sensación de caminar
por la retorcida cinta de Moebius, que tiene una sola cara que parecen
dos. Esas dos caras son aquí la vida y la muerte, el pasado y el presente,
lo material y lo inmaterial, lo natural y lo sobrenatural, dualidades que
en esa única cara de la cinta de Moebius se unen, con la mediación
del fantasma. El desafío del escritor consiste entonces en seducirnos
empujándonos gradualmente hacia ese umbral. Gustavo Nielsen lo logra
con abuelos que aparecen en la llama de una vela, o muertos que solo
se enteran de que lo son cuando se lo dicen, o fantasmáticas mascotas,
árboles y autos. Y no se preocupa por llenarnos de horror: le encanta
hacernos reír y provocar ternura (en el último relato, metaliterario,
desafía al lector desnudando su estética al respecto). Sus fantasmas
en general son frágiles y queribles. Y cuando eso no es así, es posible
dominarlos o hacerlos desaparecer. Porque hay otra deliciosa dialéctica
en juego, habitual en la obra de Gustavo: la tensión entre el humor y lo
siniestro. Alguna vez le dije que me parecía magistral el humor macabro
de su novela Auschwitz. En fff también nos regala humores absurdos, y
tiernos, y críticos. Y ni hablar de los finales; fff no es un libro apto para
leer solamente en noches tormentosas. Lo recomiendo con fervor para
toda condición meteorológica.