Reseña del libro "La Aventura de la Razon: El Pensamiento Ilustrado"
La Ilustración caracteriza al siglo XVIII, sin confundirse con él. La razón, en su aventura a través del espacio problemático de la naturaleza, escribe con signos de luz en una época de sombras su gran obra: el pensamiento ilustrado. La razón ilustrada es crítica. "Todo ha sido discutido, analizado, removido, desde los principios de las ciencias hasta los fundamentos de la religión revelada, desde los problemas de la metafísica hasta los del gusto, desde la música hasta la moral, desde las cuestiones teológicas hasta las de la economía y el comercio, desde la política hasta el derecho de gentes y el civil" (D'Alembert). La razón contra la fe, pero también contra la superstición y la ignorancia, contra la fabulación y el abuso de poder. ¿La razón contra la pasión? No es la tesis de Hume ni la de Rousseau. La filosofía de la Ilustración, una interrogación directa de la propia época, es el código cifrado de múltiples experiencias, una incesante tarea de semantización. "La observación y la física experimental, que multiplican sin cesar los fenómenos y los hechos, y la filosofía racional, que los compara entre sí y los combina, obligan en consecuencia a variar las acepciones de las palabras fijadas, convierten en inexactas, falsas e incompletas las definiciones que se han dado, e incluso inducen a crear palabras nuevas" (Diderot).
